El 100% de los hijos de Dios tenemos una relación con ellos. Unos más cercana que otros, pero todos convivimos con gente que camina por este mundo sin “esperanza y sin Dios” como dice Efesios 2:12 (leer).
Niños, jóvenes, adultos y ancianos; conviven a nuestro lado.
-¿Qué tipo de relación debemos, como cristianos, tener con ellos
-¿Rechazo? ¿Miedo? ¿Amistad? ¿Comunión? ¿Debemos verlos como enemigos?
-¿O como si se tratara de posibles clientes para nuestro producto?
-¿Los amamos o lo único que queremos es usarlos para que nuestras Iglesias y grupos de evangelización crezcan?
-¿Cómo debo relacionarme con el perdido?
-¿Hay una manera bíblica de hacerlo?
-¿O por el contrario Dios no quiere que tenga ningún tipo de relación con ellos porque pueden contaminarme?
-¿Es la evangelización un ministerio solo para algunos o se trata de un llamado para todo cristiano?
-¿Debemos encontrar el método más efectivo para hacer entrar a los perdidos a la Iglesia? -¿En la evangelización, el fin justifica los medios?
-Cuando el perdido es un familiar muy cercano, ¿qué debo hacer?
-¿Evangelizar es sinónimo sí o sí de predicar por la calle o puerta por puerta?
-¿Una persona pasa a ser cristiano cuando ha hecho una “oración de entrega”?
-¿Con tal de que la persona vaya a la Iglesia conmigo le digo todo lo que quiere oír y después en la Iglesia irá aprendiendo?
Yo estoy convencido de que aun hoy muchas personas siguen acercándose al Señor, en muchos casos, no por el buen trabajo de la Iglesia, sino a pesar de él. Cada vez que veo a alguien que se convierte a Cristo veo la gloria de Dios, porque creo que después de todo el desastre que hemos hecho en el mundo con el perdido, como Iglesia en general, solo un milagro de Dios puede salvarlos.
El mundo ha visto tanta corrupción y falsedad de parte de gente que dice ser cristiana, que teme. Cada día se encuentra con las noticias de hombres supuestamente santos que abusaron de algún menor o se fugaron con el dinero de su congregación. Alguien los para en la calle ofreciéndoles todo tipo de milagros y soluciones mágicas, o les sonríe con sonrisa de vendedor ambulante para invitarlos a su “Salón del Reino”. Encienden la televisión y un pastor asegura que si envían su dinero Dios se convertirá en una incansable lámpara de Aladino, mientras al cambiar de canal, un vendedor dice que si llama ya podrá llevarse un mágico aparato que lo hará adelgazar en cuestión de días por solo 30 euros.
Dios está en las calles... Pero ahora se ofrece por céntimos y promete ser mejor que Papa Noel. Un dios que te dará todo lo que desees con tal de que no faltes el domingo a la Iglesia y des fielmente tus diezmos y ofrendas.
Un dios al gusto del cliente, bueno y fiel como el mejor perro que jamás existió, deseoso de darte fama y riquezas, listo para que ni bien te declares cristiano él cumpla cada uno de tus sueños y mucho, mucho, mucho más...
Un dios cuidadosamente diseñado para el perdido. Y tan moldeable que puede cambiar según las características del solicitante.
Un dios que ha visto que o se modernizaba o perdía clientes en comparación a la competencia. (Intentemos llevar estos supuestos a nuestra vida: “¿actúo yo así?”).
Un dios que no tiene ningún tipo de similitud con el Dios de la Biblia, aunque aun usa el mismo nombre y dice enseñar el mismo libro. Un dios falso.
Ese es el dios con el que millones de personas se encuentran cotidianamente al ser supuestamente evangelizadas. Pero, a pesar de eso, aun el Señor sigue salvando a Su pueblo. Eso es puro mérito de Dios.
Y nosotros, los que miramos horrorizados como cada grupo tira de uno y otro lado para llevarse al cliente con mejores rebajas, ¿qué hacemos con el perdido?. ¿No le decimos nada porque ya bastante tiene con toda esa supuesta evangelización? ¿Nos sumamos al mercado de verdades y ofertas y les predicamos? ¿Qué hacemos?
La evangelización, sin lugar a dudas, es un mandato de Jesús. El, antes de ascender al cielo, ordenó: (Marcos 16:15). Y luego vemos que no solo los apóstoles comenzaron a obedecer esta comisión, sino que Hechos 8:4 relata como los cristianos perseguidos en Jerusalén “iban por todas partes anunciando el evangelio”.
El Señor claramente describiendo a la Iglesia dijo: (Mateo 5:13-16).
Por lo que vemos que el llamado de la Iglesia es a que nuestra “luz alumbre a los hombres” y no a encerrarnos en cuevas y monasterios. El llamado es a entregar nuestras vidas como Jesús lo hizo, a predicar el evangelio en todo el mundo y ser sal y luz.
Con respecto a esto es muy interesante lo que escribió Orígenes, en el año 225 d.C. sobre los cristianos de aquella época: “Los cristianos no descuidan posibilidad alguna de sembrar el evangelio en todas partes de la tierra. Algunos se han afanado por recorrer no sólo las ciudades, sino también los pueblos y aldeas para convertir a los demás al culto de Dios. Nadie dirá que hicieron esto con afán de enriquecerse, ya que muchas veces ni siquiera aceptan lo necesario para su alimento; y si alguna vez se ven forzados a ello por su necesidad, se contentan con lo necesario, por más que muchos quieran compartir con ellos y entregarles más de lo necesario” (Orígenes).
En “Relacionándome con el perdido” buscaremos aprender todo lo referente a nuestra relación con el no cristiano. En Filipenses 2:15 el Señor nos manda a ser “irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”. Oramos para que el Señor nos enseñe más claramente con esta parte de “Relacionándome” a ser “luminares en el mundo”, exactamente como él quiere que seamos.
Reflexión: Efesios 2:12 (leer) Alejados y ajenos de Dios, sin ESPERANZA. Así están todas y cada una de las personas que nos rodean, que no viven postradas a los pies de Cristo. No le conocen, y van subidos en un tren sin freno camino al infierno, así como nosotros aborrecíamos a Dios y nos esperaba el mismo destino, ellos están sumidos en tinieblas y nosotros lo sabemos.
Por otra parte, aman el mundo y aborrecen la santidad, por lo que fácilmente pueden ser de tropiezo para nosotros, a pesar de que debemos estar con ellos, la biblia nos advierte:
2 Corintios 6: 14,15. No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?
-Charles Spurgeon: "Si los pecadores serán condenados, al menos que salten al infierno sobre nuestros cuerpos. Y si ellos perecerán, que perezcan con nuestros brazos sobre sus rodillas, implorándoles que se queden. Si el infierno debe ser llenado, al menos que sea llenado a pesar de nuestros esfuerzos, y que nadie vaya allí sin haber sido alertado y orado por esa persona".
Comentario: Es una cita que nos vuelve a hablar a todos nosotros que somos hijos de Dios: el infierno es real, y mucha gente está dirigiéndose allá todos los días. En verdad oramos por las personas inconversas, en verdad les advertimos de su tremenda calamidad al ser condenados, y nos gustaría que todos ellos sean salvos. Por eso debemos continuar y no desmayar en la obra que Dios nos ha encomendado ya que en Su tiempo veremos los resultados de tanto esfuerzo. Muchas personas las cuales no podemos contar estarán un día delante de Dios y no habrá condenación para ellas porque siervos fieles les anunciaron del maravilloso evangelio de Jesucristo para la salvación de sus almas.
George Whitefield
"Así como Dios no puede enviar a una nación o pueblo una bendición más grande que la de darle pastores fieles, sinceros y rectos, la maldición más grande que Dios puede enviar a un pueblo de este mundo, es darles guías ciegos, no regenerados, carnales, tibios y no calificados".
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